Ella conoce lo que es la felicidad.
Anduvieron juntas en su niñez y en su adolescencia.
Su mundo era perfecto.
Vivía tranquila.
Tenía más de lo que necesitaba y siempre se sintió amada.
Amada por su familia, querida por sus amigos.
Pero llegó aquel fatídico día y todo lo cambió.
Ya nunca nada fue igual.
Siempre luchando, siempre sorteando los baches del
camino.
Siempre buscando aquello que le arrebataron.
Pasó los años soñando haber encontrado lo perdido.
Realidad lo creyó.
Pero de aquel sueño, otro maldito día despertó.
Desde entonces, pasa los días luchando, defendiendo su
libertad y buscando su felicidad.
Jamás se cansa, jamás desiste.
Ella sabe que si tiende la mano, otras muchas se la
sujetarán.
Pero permanece en silencio, siempre en silencio.
Con nadie lo habla, su dolor guarda.
Sola se siente, terriblemente sola.
Al terminar el día, ella piensa, ”Mañana amanecerá pero ¿qué será lo que me traerá?”.
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