No
recuerdo el día en que nos conocimos pero nunca olvidaré el de nuestra
despedida, no nos dijimos adiós sino un hasta mañana y ya el mañana no existió.
Te
fuiste como habías decido, en soledad y esa soledad se respetó hasta el final.
Eras
mi amiga querida, la que me regalaba consejos, la que me mimaba y alimentaba mi
alma.
Eras
mi amiga querida, la que de forma anónima comentabas mis escritos y luego en
voz los agrandabas.
Querida
amiga, hoy te necesité y no te tuve, no pude levantar el teléfono y contarte el
porque lloraban mis ojos, no pude desahogarme, no pudiste secar mis lágrimas.
Mi
querida amiga, mi anónimo, mi amiga
Gloria, esa eras tú, esa eres tú.
Caminando
entre amapolas te imagino y no estás sola, aquel al que mucho quisiste con su
cámara de fotos te enfoca.
Ya
en tu rostro hay serenidad ya no hay
amargura, dudas ni enfermedad.
Mi
querida amiga, siempre te recordaré, que difícil se me hace saber que no te volveré a ver pero sentir sí porque una parte de ti, se quedó en mí.
Mi
querida Gloria, descansa en paz entre tus amapolas.
m