sábado, 28 de abril de 2012

HOY LLUEVE

                                                                          

Cómo recuerdo aquellas noches de mi niñez que pasaba rezando para que lloviera al día siguiente. 
No me gustaba ir al cortijo, levantarme a las 6 de la mañana, subir al coche, aún de noche, llegar entre dos luces, andar el camino, cambiarnos de ropa y salir al campo. 
Aún puedo sentir el frío que me calaba los huesos, la tierra mojada entre mis uñas, ver a mi hermana pequeña saltando, riendo y todos sentados sobre la tierra, cada uno con su espuerta, cogiendo aceitunas, mientras mi padre subido a un olivo lo vareaba, el almuerzo junto a la chimenea y las risas.
Los domingos de verano que venía la abuela con nosotros eran especiales.
Aquella mujer de pelo gris, que peinaba con una larga trenza y recogía en un roete, sujetándolo con una pequeña peineta.
Ella nos esperaba con la puerta de su casa abierta, nosotros llegabamos, ella se subía al coche y seguíamos.
Allí pasábamos el día, a la sombra del Nogal, ella nos contaba historias increibles, algunas eran cuentos, otras, partes de su vida.
¡ Qué mujer más especial !
En aquellos tiempos en los que poca gente sabía leer, ella pasaba todo su tiempo libre con el evangelio entre sus manos.
Recuerdo sus libros religiosos gastados de tanto leerlos, sus ojos verdes claros, tan cansados y su gran fe que me transmitió.
Nunca he dejado de preguntarme si sería verdad que Santa Rita se le apareció, dos veces.
No sé, pero ella lo contaba como algo muy real.
A partir de ese momento fue muy devota de esta Santa, al igual que mi padre que ya muy enfermo, se dormía con una medalla de ella sobre su barriguita mala.
Cómo recuerdo con nostalgia y con mucha alegría aquellos días.
Aún puedo escuchar el ruido del agua al pasar por la acequia; el canto de los pájaros al atardecer; el sonido taladrante de las chicharras, al medio día ; ver como mi madre iba de un lado para otro, incansable, pendiente siempre de nosotros mientras mi hermano hacía sus primeras fotos.
Ya no estáis ninguno conmigo, sólo mi hermanita, ya no es pequeña pero sigue corriendo y sonriendo a mi alrededor.
Quiero pensar que mi hermano está con una cámara en la mano y otra colgada en el cuello, diciendo " mejor aquí, la vista es más bonita" y que juntos con mi Dios son felices.
Hermano, ¡ Qué fotos más hermosas estarás haciendo!
Mándamelas, espero tu correo, quiero ver ese cielo, quiero veros los ojos, quiero ver a papá, hace tanto tiempo ya, quiero ver a mamá y quiero verte a tí.
¡ Tengo tantas cosa que contaros !
Quiero volver a sentir ese frío junto a vosotros!
Mañana seguiremos hablando.
                     m


                                                                
           

32 comentarios:

Anónimo dijo...

que especial eres..
que bonita eres por fuera.. que bonitra eres por dentro.. gracias por compartir..
un beso enorme

pepe

Luján Fraix dijo...

Preciosos y melancólicos recuerdos.
Es la añoranza la que dibuja tu relato con la nitidez de tu alma.
Me ha conmovido porque recuerdo mi historia personal, todos tenemos lagrimitas en el corazón.

Un beso grande.

Anónimo dijo...

Me puedo imaginar a los 3 pequeños cogiendo aceitunas en el cortijo o comiendo nueces del enorme nogal y me parto de risa, siempre que subo al cortijo no puedo dejar de pensar como debió ser con todos vosotros viviendo alli, imaginar el olor de la comida hecha por la abuela y al abuelo sentadito en una silla en la puerta, a mi padre haciendo fotos, debieron ser momentos increibles...además como ya sabes siempre he tenido la sensación de que algún dia ese cortijo volverá a estar lleno de vida como antaño, solo es cuestión de tiempo, un biquiño grande.Antón.

Maribel G. M dijo...

Muchas gracias, Luján. Así es. todos tenemos lagrimitas en nuestros corazones pero algunos tenemos nuestros blog para compartirlas con nuestros amigos.
Un beso

Maribel G. M dijo...

Espero que así sea.
Un besito,cariño.

Anónimo dijo...

Has conseguido que vuelva al pasado y recuerde con perfección aquellas tempranas vivencias en familia. Esos momentos que por no tenerlos hoy valoramos infinitamente. A esa abuela atenta, cariñosa y risueña que siempre capto nuestra atención. A ese padre muy especial en su carácter y que nos dejo muy pronto. A nuestra madre que todo sacrifico por sus hijos y a ese gran hermano con mayúsculas. Por sus consejos, por su forma de ver la vida y de disfrutarla con bondad. Enhorabuena. Me encanta saber que tu has despertado, estas de vuelta y haciendo y siendo feliz. Un beso

Marian dijo...

¡Gracias Maribel! Te quiero mucho,y
he sentido el dolor de tu corazón.
¡Te comprendo, estoy contigo.Muy pronto estaremos en el cortijo todos juntos.
Un abrazo. Dios y la Virgen te bendigan.

Rosario dijo...

Hola Maribel: me ha encantado tu entrada, gracias por tu compartir, animo.
Dios te bendiga.
Un abrazo.

Luján Fraix dijo...

Hola Maribel
Gracias por pasar por mi rinconcito.

La historia de Camila es real, es como una leyenda Argentina; todos tenemos presente esta triste historia.

No podemos creer que hayan ejecutado a dos personas por amarse y una de ellas embarazada de 8 meses.

Es algo muy triste.
Un besito

Betty Mtz Compeán dijo...

Maribel, que belleza, en tus letras pones el alma, me llevaste de la mano por esos lugares, si hasta senti el frio y escuche sus voces y sus risas.
Todos llevamos recuerdos sagrados en el alma.
Un abrazo enorme.

Maribel G. M dijo...

Muchas gracia Betty, que estas palabras me las diga una gran escritora como tú, me llenan de alegría.
Un beso

Maribel G. M dijo...

Así es, nunca tendrían que pasar cosas como ésta.
Un beso

Maribel G. M dijo...

Gracias a tí, mi querida amiga.
Un beso

Maribel G. M dijo...

Gracias a tí, por tus palabras y por visitarme.
Un beso

Luján Fraix dijo...

Hola Maribel
Gracias por pasar por mi casa.
Besos grandes.
Que tengas bonito dia.
Cariños

Capuchino de Silos dijo...

Un texto precioso de una escena costumbrista preciosa.
Me ha encantado tu blog.Te sigo.

Un beso y muy feliz día

Aunque sale in crecendo, soy Capuchino de Silos.

Maribel G. M dijo...

Gracias, capuchino.
UN beso

Capuchino de Silos dijo...

Maribel, tengo el ordenador estropeado. De momento no puedo seguirte porque me sale el otro blog que tengo y no sé configurarlo. Cuando lo tenga bien te seguiré sin falta. Perdóname el fallo.

Un besazo.

La Gata Coqueta dijo...



Hola Maribel, te estoy esperando a la puerta de la entrada principal de la casa, abréndola de par en par y me hago a un lado para que entres hasta el fondo como si fuera la tuya...

He leído detenidamente esta entrada y cuando iba llegando al final las lágrimas ya hacían su uso de presencia. Tu pluma escribe los sentimientos que le dicta el corazón no hay que esforzarse demasiado para entenderlo...

Un abrazo y bienvenida seas al jardín donde los sueños acompañados de la esperanza se pueden tornar reales.

Un tierno abrazo
unido a un beso
con sabor a chocolate.

María del Carmen


Maribel G. M dijo...

Que palabras tan bonitas me has dedicado. En este momento las lágrimas corren por mis mejillas.
Gracias, muchas gracias por supuesto que traspaso tu puerta y en tu casa me quedo y espero que tú en la mía para siempre.
Un beso

Maribel G. M dijo...

No te preocupes, aquí estaré.
Un beso

Sara O. Durán dijo...

Maribel, aquí estoy compartiendo este pasaje que nos cuentas y que es tan conmovedor, porque lo has escrito desde el corazón Segura estoy de que seremos muy buenas amigas. Enhorabuena por tu blog. Aquí estaré seguido, ya estoy agregada. Visitame cuantas veces lo desees, siempre estaré, para recibirte con los brazos abiertos.
Un abrazo fuerte.

Maribel G. M dijo...

Muchas gracias Sara por tus palabras.
Un beso

ANTONIO MANUEL dijo...

Precioso el relato Maribel, en este momento al leerlo estoy recordando y reviviendo momentos muy parecidos con seres queridos como mis abuelos que ya no los tengo desde hace mucho tiempo (como tú), he podido sentir ese frio mañanero del mes de Diciembre cuando junto a ellos y mi prima nos adentrabamos en el campo para recoger aceitunas subidos a un viejo carro ¡como ha cambiado la vida! Un beso, sabes que te aprecio.

Maribel G. M dijo...

Gracias, mi querido amigo todos los días sentaditos uno al lado del otro y no sabía que tú también ibas a recoger aceitunas en tu niñez.
Un besazo

Capuchino de Silos dijo...

Maribel, gracias por tu comentario.
Todavía no puedo hacer ningún seguimiento, pero no te olvido.

Un beso y muy feliz día.

La abuela frescotona dijo...

Maribel que preciosura de relato, muy parecida tu infancia a la de muchos que hemos crecido con el sacrificio del trabajo de nuestros padres, y esa es la fortaleza del espíritu, esa es la riqueza que nos heredaron, muy nostálgico, saludos amiga.

Maribel G. M dijo...

Y yo también le deseo a mi gatita coqueta, que su fin de semana sea feliz, feliz y muy feliz.
Un besazo

Anónimo dijo...

Hola Maribel:

Ante todo, muchas gracias por tu grata visita y tus cálidas huellas que dejaste en mi morada.

Muy tierno episodio de tu infancia, que nos narras. Sin duda, los mejores recuerdos que se guardan provienen de grandes momentos.

Abrazos alados!

magdalenacontreras dijo...

Hola Maribel: no sabes cuánto me identifico contigo!!
Me has recordado mi niñez, recogiendo aceitunas y almendras en el cortijo.
Saludos.

PEPE LASALA dijo...

Qué blog tan bonito Maribel, enhorabuena. Me ha gustado mucho así que con tu permiso, me he registrado como seguidor. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
http://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/

Maribel G. M dijo...

Muchisimas gracias por tus lindas palabras, me gustaría saber quién eres, la próxima vez, dime algo.
Un beso