domingo, 24 de febrero de 2013

JESÚS



Hoy os dejo un poco de historia.
La historia de Jesús, aquel que un día vino a salvarnos, según nosotros los cristianos o aquel hombre especial que un día existió para los no cristianos.
Deseo que sea de vuestro interés.
Un beso mis queridos amigos.


Hacia el año 27-28, Jesús da comienzo a una actividad itinerante que le
lleva de Galilea a Jerusalén, donde será ejecutado probablemente el 7 de
abril del año 30. Se trata, por tanto, de una actividad intensa pero breve,
pues no llegó a durar tres años. No es posible reconstruir con exactitud
los lugares de su actividad y sus rutas de viaje. Ciertamente se movió en
las cercanías del lago de Galilea. Pasaba de una aldea a otra, pero nunca
aparece visitando Séforis ni Tiberíades, las dos ciudades más importantes
de Galilea. Durante algún tiempo, su centro de operaciones fue Cafarnaún,
en la ribera del lago. Jesús se desplazaba de un lugar a otro acompañado
por un grupo de discípulos y discípulas. Su actividad se concentraba
en dos tareas: curar a enfermos de diversos males y anunciar su
mensaje sobre el «reino de Dios». Su fama creció rápidamente y la gente
se movilizaba para encontrarse con él. Jesús tenía la costumbre de retirarse
de noche a lugares apartados para orar.
Profeta del reino de Dios
Jesús emplea un lenguaje característico y sugerente. Sus dichos breves y
penetrantes, sus aforismos y, sobre todo, sus bellas parábolas son inconfundibles.
Jesús apenas habla de sí mismo. Su predicación se centra
en lo que él llama el «reino de Dios». Su mensaje arranca de la tradición
judía, pero no brota directamente de la literatura apocalíptica ni de la
enseñanza oficial de los escribas, sino de su profunda experiencia de
Dios, que Jesús trata de comunicar a través de un lenguaje simbólico y
poético, extraído de la vida. En su predicación ocupa un lugar central la
experiencia de un Dios Padre que «hace salir su sol sobre buenos y malos
», y acoge y busca a sus hijos perdidos. Es esencial su exhortación a
«entrar» en el reino de Dios y su llamada a ser «compasivos» como lo es
el Padre del cielo. El perdón a los enemigos constituye el culmen de esta
llamada.

Aunque es difícil precisar el grado de historicidad de cada relato transmitido
por las tradiciones evangélicas, no hay duda de que Jesús llevó a cabo
curaciones de diverso tipo de enfermos, que fueron consideradas por sus
contemporáneos como milagrosas. Asimismo practicó exorcismos liberando
de su mal a personas consideradas en aquella cultura como poseídas
por espíritus malignos. Jesús fue en la sociedad de su tiempo un exorcista
y curador popular que ejerció una gran atracción entre la gente. Presentó
estas curaciones y exorcismos como signos de la llegada del reino de Dios
a los sectores más hundidos en el sufrimiento y la alienación. Sin embargo,
Jesús se resistió siempre a llevar a cabo los signos espectaculares que probablemente
le reclamaron algunos sectores críticos.
Conducta desviada
Jesús adoptó una conducta extraña y provocativa. Rompía constantemente
los códigos de comportamiento vigentes en aquella sociedad. No
practicaba las normas establecidas sobre la pureza ritual. No se preocupaba
del rito de limpiarse las manos antes de comer. No practicaba el
ayuno. En ocasiones rompía las normas prescritas sobre el sábado. Vivía
rodeado de gente indeseable como recaudadores de impuestos y prostitutas.
Se le veía acompañado de mendigos, hambrientos y gente marginada.
En concreto, confraternizaba y comía con «pecadores y recaudadores
de impuestos». En contra de lo socialmente establecido, trataba
públicamente con mujeres y las admitía entre sus discípulos. Concretamente,
María de Magdala ocupó un lugar importante en el movimiento
de Jesús. Al parecer, Jesús tuvo una actitud especialmente acogedora hacia
los niños. Toda esta actitud provocativa no la adoptó Jesús de manera
arbitraria. Su intención profunda era hacer ver a todos de manera gráfica
que el reino de Dios está abierto a todos, sin excluir o marginar a nadie

Jesús no pretendió nunca romper con el judaísmo ni fundar una institución
propia frente a Israel. Aparece siempre convocando a su pueblo para
entrar en el reino de Dios. Pero, de hecho, se formó en torno a Jesús un
grupo reducido de seguidores itinerantes, entre los que había también un
cierto número de mujeres. Además de este grupo reducido, hubo un sector
más amplio de simpatizantes que siguieron viviendo en sus casas,
pero que se identificaban con su mensaje y acogían a Jesús y a su grupo
cuando llegaban a su aldea. Jesús se rodeó de un grupo más cercano de
«Doce» que simbolizaba su deseo de lograr la restauración de Israel.
Reacciones ante Jesús
Más allá del grupo reducido de discípulos y del círculo de simpatizantes,
Jesús alcanzó una popularidad bastante grande en Galilea y regiones vecinas.
No parece que este eco popular disminuyera durante el breve
tiempo de su actividad itinerante. De hecho, Jesús movilizaba a masas relativamente
importantes, y esto le convertía precisamente en personaje
peligroso ante las autoridades. Jesús provocó también el rechazo de sectores
que trataron de estigmatizarlo y desacreditarlo para impedir su influencia.
De hecho, Jesús no fue bien recibido entre sus convecinos, y despertó
la oposición de escribas y dirigentes religiosos tanto en Galilea
como en Jerusalén. Fue criticado por comer con pecadores y acusado de
estar poseído por el demonio. De ambas acusaciones se defendió con
firmeza.

En la primavera del año 30, Jesús subió a Jerusalén, en el territorio de Judea,
que, a diferencia de Galilea, estaba regida por un prefecto romano.
La ciudad de Jerusalén estaba directamente gobernada en aquel momento
por el sumo sacerdote Caifás. Jesús realizó un gesto hostil hacia el
templo, que provocó su detención. No parece que hubiera propiamente
un juicio de Jesús ante las autoridades judías. Más bien, a raíz de lo sucedido
en el templo, la aristocracia sacerdotal se confirmó en la peligrosidad
que suponía Jesús y se confabularon por hacerlo desaparecer. De hecho,
Jesús murió crucificado probablemente el 7 de abril del año 30 y fue
el prefecto romano Poncio Pilato quien dictó la orden de su ejecución. Al
parecer, Jesús contó con la posibilidad de su muerte violenta y celebró
una cena de despedida con sus discípulos, en la que realizó un gesto simbólico
con el pan y el vino. En el momento de su detención fue abandonado
por sus seguidores más cercanos.
Fe en Jesús resucitado
Es posible verificar históricamente que, entre los años 35 al 40, los cristianos
de la primera generación confesaban con diversas fórmulas una convicción
compartida por todos y que rápidamente fueron propagando por
todo el Imperio: «Dios ha resucitado a Jesús de entre los muertos».

                                                       m


10 comentarios:

Anónimo dijo...

Precioso texto el que compartes hoy, fue placer leerte y llevarme tan bello mensaje.
Te dejo un fuerte abrazo, bonito domingo!

Maribel G. M dijo...

Lo mismo te deseo.
Muchas gracias Cristina.
Un beso

LAO dijo...

Has hecho un resumen sustancial de la presencia de Jesús sobre la Tierra y el sentido de ello. Muy bien Maribel. Muchos saludos!!

J.P. Alexander dijo...

Gracias por compartir la historia de Jesus, una entrada muy completa y bella. Te mando un beso y te me cuidas

Carmen Silza dijo...

Una bella historia Maribel y un hermoso mensaje. que debemos llevar siempre presente.Un placer leerte.Bss y que pases un buen día.

Anónimo dijo...

Hermosa vida la de JESÚS; digna de ser seguida… GRACIAS por este vello texto, que solo tú eres capaz de reescribir para deleite de los qué te leemos y te queremos.
Qué tengas un fantástico domingo.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Un muy hermoso relato de la vida de Jesús y lo que significó su venida.
Muy buen mensaje que lo atesoro.
Maibel un abrazo afectuoso para tí.

Maritza dijo...

Jesucristo, el Hijo de Dios, sentado a la diestra del Padre, vive y reina, y reinará por los siglos de los siglos...

ABRAZO GRANDE, MARIBEL!
BENDICIONES A TU VIDA.

CHARO dijo...

Leer la historia de jesús siempre es reconfortante sobre todo para los que creemos en Él.Besotes

Conchi dijo...

Muy bien resumida y ilustrada la historia de Jesús Maribel me ha encantado leerla. Un abrazo.
Conchi